Esta es la noticia en forma de cable. Para mañana llevo la misma noticia con más color.
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Un estudio de la escuela de medicina de la Universidad de Stanford sugiere que químicos relacionados con la edad que están presentes en la sangre perjudican el crecimiento de nuevas neuronas. El efecto contrario, sangre joven en cerebros viejos, puede refrescar neuronas envejecidas.
Por Florencia Pulla
En un paper publicado la semana pasada en la revista científica “Nature” por un equipo de investigadores de la Escuela Médica de la Universidad de Stanford se descubrió que cuando ratones viejos están expuestos a sangre joven, su neurogénesis aumenta y viceversa. Esto sucede porque, según esta investigación, existen señales químicas en la sangre vieja que pueden reducir el crecimiento de nuevas neuronas. De esta manera, el énfasis en el envejecimiento neuronal no está puesto en una falla intrinseca de las celulas sino en otros factores relacionados con la sangre.
Para llegar a estos datos, los investigadores estudiaron a parejas formadas por un ratón joven y un ratón uniéndolos por el lomo. Esta técnica se llama parabiosis y es común en las investigaciones sobre la circulación porque permite ver los efectos de un sistema compartido. Después de cinco semanas de estar unidos, los efectos sorprendieron a los investigadores: el ratón viejo se había beneficiado de la sangre joven y creado más células cerebrales con sinapsis más fuertes; el ratón joven, sin embargo, no había creado nuevas neuronas, su cerebro se había inflamado y la capacidad de sus células para la sinapsis había disminuido.
De esta investigación se desprenden dos conclusiones. La primera es que los químicos presentes en la sangre están relacionados con el envejecimiento y la decadencia neuronal. La segunda es que ahora que sabemos que la sangre cumple un papel fundamental en el posible rejuvenecimiento cerebral, se abren nuevas posibilidades para futuras investigaciones sobre enfermedades degenerativas como el Alzheimer. La sangre, que es de mayor y más fácil acceso que el cerebro, podría tener la clave para la cura de estas enfermedades.
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