Fernando Pipino
El año pasado vimos como Japón quedaba bajo el terror que implica una explosión en una central nuclear. Inmediatamente países como Suiza, Alemania y otras potencias comenzaron a planear un cese en la actividad nuclear. Por ejemplo, el país germano ya inició el plan para quedar totalmente inactivo en este plano cuando hace unos meses decidió el cierre inmediato de los ocho más viejos reactores y el cese de los otros nueve a fines de 2022. Hace un tiempo, poco más de un mes, un reactor sufrió una explosión en Francia y se temió por otra fuga nuclear. Esto deja pensando si la energía que tienen que tener los países en el mundo tiene que estar generada por la senda atómica, o si lo más seguro sería encontrarle otra alternativa menos peligrosa.
Hace una semana, en Argentina se inauguró Atucha II tras invertir 10 millones 200 mil pesos, y es una nueva central nuclear que repartirá energía a más de 3.000.000 de personas. Además ya se planea otra central nuclear para dentro de un corto plazo.
Creo que no deberíamos descartar otras ideas tal vez menos contaminantes y seguras antes de seguir desarrollando mecanismos de energía que ya están quedando obsoletos en lugares del primer mundo. Acá es pertinente introducir al menos como es que funcionan estas centrales: Una planta nuclear se caracteriza por el empleo de combustible nuclear compuesto básicamente de material nuclear, que mediante distintas reacciones proporciona un enorme calor que emplea, tras otras reacciones, movimientos que transforman el trabajo mecánico de esto, en energía. El núcleo de un reactor nuclear consta de un contenedor en donde se albergan bloques de un material aislante de la radioactividad. En el proceso se establece una reacción moderada gracias al empleo de elementos auxiliares que absorben el exceso de neutrones liberados manteniendo bajo control la reacción en cadena del material radiactivo, o se supone que así sea. Lo que pasó en Japón, fue que el calor derritió los contenedores y se fugó el material radiactivo, algo parecido pasó en Chernobyl en 1986.
De todas formas, quiero hacer hincapié en lo que yo creo el mayor problema, además del que ofrece la inseguridad de un posible accidente. Una investigación determinó que luego de ser usadas las barras de uranio, se transforman en plutonio (material que queda utilizada como reciclada en plantas de menor calidad, aunque de mayor contaminación), y luego de ser reutilizadas por segunda vez, siguen emitiendo radioactividad. Calculan que la radiación se mantiene por lo menos por varios miles de años. En Noruega intentan limitar estas megalómanas construcciones, y contienen sus desechos en lo que serían unos sarcófagos bajo tierra que contendrían la radiación de estas sobras por el tiempo suficiente. Así y todo, estas tumbas no pueden contener todas las sobras. ¿Qué pasa con todos los residuos que no tienen un entierro tan lujoso? Simplemente nada. Quedan reservadas a la espera de un futuro mejor, que concluya con el ciclo de cada inerte barra de energía.
Si bien no me parecen las plantas que ofrezcan mayor seguridad, hay que admitir que no todos los países pueden costearse el hecho de mantener plantas de mayor fiabilidad, y también, hay que generar la energía de alguna forma. No se si justificar, pero creo justo también mostrar un poco de la otra campana. De todas formas, si es verdad que ya son muchos los países (Japón, Nueva Zelanda, Suecia, Holanda, Italia, entre otros) que prefirieron detener el desarrollo de plantas nucleares. Apostarle a métodos de energía renovable como la eólica, la solar, la geotérmica o la hidráulica, son lo que sería la posible solución futura.
Los ejemplos están puestos en la mesa: las centrales nucleares han demostrado no ser los mecanismos más seguros; tal vez si los más económicos, los más redituables, o los más productivos; pero mantener una central atómica para la distribución de energía es un riesgo que evidentemente los políticos de distintos países están dispuestos a correr, por más que sea a costa de la incertidumbre de los pobladores que viven en los alrededores. Habría que preguntarle a los residentes cercanos de cada planta si están conformes con tener un inminente peligro a solo cuadras de sus hogares.
Hola Fernando!
ResponderEliminarUn buen intento la nota en general. Pero hay varios errores mayores y algunos menores que la fiebre de la gripe te impidió corregir :-)
a) En el primer párrafo hay algunas repeticiones de palabras que ensucian un poco la fluidez y la elegancia del texto. Seguro que podés encontrarles sinónimos ("cese", "nuclear").
b) También hay algún error en la cifra de costos. Además no se usa la expresión "repartir energía a 300.000 personas". Es complejo el concepto y si querés en clase lo aclaramos, pero acá está mal utilizado.
c) "mecanismos de energía". Debes querer decir "fuentes de energía". Al final de la nota volvés a confundir estos dos conceptos.
d) Tu explicación sobre como funciona una central nuclear está errada. Entiendo que no es nada fácil contarselo al lector, pero si decidis meterte en el berenjenal de hacerlo tenés que completarlo más decorosamente.
Con un poco de research en buenas fuentes seguro que podrás. (El mismo sitio de la CNEA es una buena fuente para esa explicación).
De todos modos, como era una nota de opinión, es un punto que podés eventualmente evitar y no entrar en detalles técnicos que, al estar equivocados, finalmente, te hacen patinar toda la nota.
e) "pero mantener una central atómica para la distribución de energía". Una central no distribuye energía. Es una fuente que toma un tipo de energía (química, potencial, cinética, etc) y la transforma
en energía eléctrica.
f) No creo que sean solo los "políticos" los responsables. También debe haber empresarios y hasta trabajadores que defiendan esta alternativa. Imaginá que en Francia el 70% de la energía eléctrica es de origen nuclear. Si solo fuera apoyada por un grupo de políticos no tendría la importancia que tiene ahora.
f) El argumento de los "residentes cercanos" no me parece muy sólido. Nadie quiere una central nuclear en su "backyard". Y tampoco quiere un basurero común, ni una petroquímica, ni un matadero de chanchos o una planta química. En 1984 una fábrica química (de pesticidas) en Bhopal, India, explotó y mató a entre 3000 y 8000 personas en pocas semanas. Luego más de medio millón de personas le hicieron juicios. Y seguro que nadie la quería tener cerca de su casa...
En fin... creo que podés hacerlo mejor... incluso cambiándole el título.
Saludos.
Quique Garabetyan